miércoles, 9 de diciembre de 2009

15 Rosas

Yo no iba a ir a esa fiesta. No, no y no. Me habia peleado con mi vieja. Ya era algo normal.
Y eso era porqee no estaba acostumbrada al hecho de qe estaba cambiando.
Como siempre, despues de cada pelea, no nos hablamos. No esquivabamos en nuestra propia casa (como si hubiese mucho espacio por el cual esquivarnos), evitaba la hora de la cena o almuerzo, y ni hablemos si el tema era sobre salir.
A pesar de todo, el hecho de qe hayamos estado peleadas, no evito qe me entregaran esa tarjeta.

Ni siquiera la habia abierto, cuando le dije a mi mejor amiga qe no iria.

-Pero...¿por que? No podes intentar convencerla.

Intentaba animarme a preguntar. Pero mi orgullo puede mucho mas qe todas mis ganas y confirme qe definitivamente no iria.

Sin embargo, la amistad, ¡me sorprende qe incondicional es! Mi mejor amiga hablo con mi madre para qe vaya.

[...]

A la noche me sentia muy nerviosa. Me acomodaba el vestido una y otra vez, retocaba mi maquillaje, me planchaba mas y mas el pelo...(¡que imbecil!Si hubiese pensado en las consecuencias de la plancha en ese momento...)
Todas las fiestas a las cual iba me entusiasmaban: en todas creia qe conoceria a alguien con quien estar en el verano, pero nunca pasaba nada extraordinario.
De todas formas, aunqe ya sabia como terminaria todo, seguia manteniendo la esperanza.

[...]

Siempre me dijeron qe la primera persona qe viese en San Valentin seria mi amor.
Pero nunca crei en ese tipo de supersticiones.

[...]

Cuando entre al salon, la multitud de gente me ahogaba, por eso preferi ir directo a las mesas.
Mientras caminaba, mirando a ver si veia alguna cara conocida, vi a alguien qe jamas creeria qe alli estaria.
Sentado, solo, apartado de toda persona, se encontraba esa persona qe, sin saberlo, seria mi amor.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Carnaval de Luciernagas

Estaba feliz. Despues de tanto tiempo, habia venido a visitarme.
No importan las causas, estaba aqui, en frente mio.

Era una realidad innegable.

Pero, a pesar de todo eso, su presencia no perduraria mucho. No pertenece aqui, pertenece a un lugar qe frecuentaba en mi infancia.

Ese lugar, magico (como yo creia qe era) y sincero, era un lugar en el qe las personas eran honestas y trabajadoras.
Pero a pesar de qe amara ese lugar, no podia regresar.
Ya tenia una vida armada en mi actual ciudad y no podia olvidarla.

[...]

Una noche, mientras esperabamos a la llegada de mas gente y escuchabamos el sonido de los grillos cantarle a la luna, comenzo a contarme historias de ese lugar. Recostada en la penumbra, al lado suyo, comence a imaginar cada suceso como si estuviese alli.

Eran todas las historias de los sucesos qe habian ocurrido esos años en los cuales estuve ausente.
Comence a contarle de mis sueños y metas, todas esos triunfos qe qeria qe fuese testigo. A pesar de qe sabia qe no estaria presente.

Pero, uno de esas metas, una de las mas importantes, no podia cumplirla en mi ciudad.
Entonces...

-Veni conmigo...
-Eh...?- me qede en silencio...¿qe mas podia decir?
-Te prometo qe nada te va a faltar...

Solo se escuchaba el sonido de los grillos cantar. Me incorpore, pero no pude levantar la mirada. Entonces, abandone la habitacion.

[...]

No volvimos a tocar ese tema. Sin embargo, eso no evito qe los dias pasaran.
Llego el dia en qe se iria.

Parados en frente del colectivo, me miro tristemente y me dijo:
-Se qe no puedo obligarte a abandonar toda una vida...Pero, ¿no qeres venir conmigo?

Recorde todo lo qe habiamo pasado...Me rompi el corazon al decirle...
-No puedo...Sabes qe no puedo.

Me miro con su mejor cara de esperanza. Se dio vuelta.
-Me voy.
-Te vas...

Cuando perdi la figura de ese colectivo ya no podia ser visto desde donde yo estaba,
le escribi:

-Quiero ir con vos, pero...no puedo dejar toda esta vida asi: inconclusa...¡No quiero qe sufras de la soledad otra vez!Quiero qe estemos juntos pero....te qeda tan poco tiempo...

Se qe lloro esa noche.
Y tambien sabe qe yo llore...